lunes, 22 de agosto de 2011

Universidad con ánimo de lucro, un engaño para la comunidad estudiantil


Francisco Piedrahíta, rector de la Icesi, rechaza la reforma a la Ley 30 de Educación Superior, que legalizaría las universidades con ánimo de lucro.

¿Qué diferencia la universidad sin ánimo de lucro de aquella con ánimo de lucro?

La diferencia central es la distribución de excedentes. La universidad sin ánimo de lucro no tiene dueños, es dueña de sí misma y, si tiene excedentes, por ley, deben reinvertirse en la misma universidad, mientras que la universidad con ánimo de lucro tiene dueños o accionistas que hacen una inversión para obtener unas utilidades, como en cualquier otra empresa.

¿Por qué no es conveniente la reforma a la Ley 30 de Educación Superior?

He estudiado casos en Estados Unidos, Chile, México y Brasil, pero sobre todo en EE. UU. porque esas universidades funcionan como empresas sociedades anónimas y publican su información. Y el Congreso ha sido más estricto y se generan escándalos por ello. El último gran escándalo fue esta semana cuando la Fiscalía General y cuatro estados de ese país demandaron a una de estas empresas (universidad con ánimo de lucro) por fraude de US$13.000 millones, cifra superior al presupuesto de toda la educación en Colombia.

¿Qué logran esas universidades?

Los resultados son muy buenos en dividendos para las empresas, pero muy malas en calidad para la población estudiantil: tienen tasas de deserción muy altas y las de graduación son muy bajitas, los egresados no consiguen trabajo y no tienen cómo pagar los créditos de estudio. La semana pasada vino el rector de la Universidad Fluminense y habló mal de esta experiencia en Brasil. En México es a bajo costo para estudiantes pobres y ofrecen programas de estudio de muy mala calidad. Y las revueltas en Chile están relacionadas con las universidades con ánimo de lucro, que allá son ilegales. Y se complica más porque descubrieron que, como la universidad es sin ánimo de lucro, le montan una empresa que se vuelve dueña de los activos de la universidad y le prestan servicios y así sacan las ganancias y luego parten entre los dueños y los políticos.

¿Por qué es tan mala la universidad con ánimo de lucro si la competencia en el libre mercado es buena?

Los economistas coinciden en que la ley del mercado no funciona cuando se trata de bienes públicos y si hay externalidades positivas o beneficios para todos. Y porque hay una asimetría en la información, es decir, que el proveedor sabe muchísimo más que el comprador sobre lo que éste compra. Y cuando se compra educación universitaria, ésta no se da en uno o dos días sino en cinco años y sus logros se ven a lo largo de la vida. Esta desinformación se debe a que las universidades con ánimo de lucro invierten más en publicidad y mercadeo, tienen una fuerza de ventas reclutando jóvenes, así que es muy fácil ganar estudiantes con cuentos, hay una tendencia o probabilidad de engaño.

Mencionemos un ejemplo...

Mientras en Icesi, por ejemplo, gastamos el 4% del presupuesto en mercadeo, una universidad con ánimo de lucro en EE. UU. gasta el 25%. En internet hay un video de un ex directivo de una de estas empresas contando muy tranquilo que sólo el 10 o 20% lo invierten en profesores y el 25% va a mercadeo. Cuanto el periodista lo confronta, responde que eso qué importa, si cuando se compra un perfume, ¿acaso solo el 10% del precio no corresponde al contenido, y el resto es publicidad? Por eso digo que ellos son vendedores de ilusiones.

Una de esas universidades es la de Phoenix. ¿Cómo funciona?

Es universidad con ánimo de lucro más grande en EE. UU. está en la bolsa, y aunque en ese país todo es con todas las de la ley, invierte sólo la séptima parte de lo que invierte Icesi por estudiante, que es en Colombia y en la provincia, pero invertimos siete veces más. Eso sí, Phoenix cobra el doble de lo que Icesi cobra, así que el negocio es redondo. Es más, ganan el 60% neto sobre el patrimonio invertido, el triple de lo que ganan en promedio las grandes empresas norteamericanas.

¿Esta reforma sería dar una patente de corzo a las universidades piratas?

En Colombia hay universidades con ánimo de lucro, sólo que sin decirlo, como en Chile. Algunas personas, ante la propuesta de reforma a la Ley 30, olímpicamente responden que ‘si ya las hay, legalicémoslas, sincerémosnos y pongámoslas a que paguen impuestos’. Con ese cuento podemos arreglar todos los problemas del país: si hay gente que roba, pues legalicemos el robo, o si hay gente que mata, legalicemos el crimen. Esa disculpa es horrible. El Estado debe es preocuparse de que las universidades con ánimo de lucro se vuelvan universidades de verdad y exigir que reinviertan sus utilidades en educación, no para los accionistas.

¿La reforma sería un retroceso a las medidas de cualificación tomadas por el mismo Gobierno y el MEN?

La década pasada fue sostenida de mejoramiento de calidad de la educación superior, desde que estableció el registro calificado, la acreditación, las pruebas Ecaes, ahora Saberpro, el observatorio laboral para el seguimiento a los egresados, Colciencias fortaleció su evaluación de la investigación, y una serie de medidas que buscaban mejorar la educación superior, pero esta reforma iría en contravía.

¿Hay algún caso en Colombia?

El Politécnico Grancolombiano, que ya entró en la red de la multinacional Whitney y el único resultado es cuánto le entra de flujo de caja a la universidad y a los accionistas, en vez de mostrar logros académicos: cómo les va a los graduados; no hablan de deserción escolar ni de incorporación laboral. Se cambia el paradigma de calidad académica, el de la década pasada, donde las universidades del país hicimos un esfuerzo y el Gobierno exigiéndonos, por el paradigma de las ganancias.

Se pierde en investigación...

El ánimo de lucro desfigura la esencia de la universidad porque no le importa la investigación, que es la gran misión de toda universidad en todas partes. En la Universidad de Phoenix, cuyos dueños son los accionistas de la empresa Apollo, no gastan un peso en investigación, eso no está en su agenda.

¿Eso en qué se traduciría?

En que no van a abrir programas como biología, química, geología, ni de humanidades o ciencias sociales, porque eso requiere mucho laboratorio, mucha investigación, mucha inversión y tienen poca demanda, y así no da dividendos. Entonces van a montar programas baratos de tiza y tablero y de mucha demanda. Eso es gravísimo porque no vamos a tener profesionales en áreas que el país requiere, así sea en cantidades reducidas. Por eso la universidad es un bien público, y esa es la gran preocupación de las universidades oficiales como la del Valle y que compartimos,y es que esta reforma desfigura la esencia de la universidad, porque desaparece como bien público y aparece como vendedora de títulos.

Le preocupa el tema del mercado...

Y le está hablando un hombre de empresa, que cree en el mercado, pertenece a juntas directivas, pero hay sectores donde el mercado no funciona y la educación es uno de ellos. En Icesi hay muchas empresas de la región que invierten, pero donando recursos, porque creen que eso mejora el entorno, a la población, a la ciudad, a sus empresas porque van a estar en una comunidad más sana y más próspera, y además van a tener profesionales calificados, pero no son accionistas a la espera de ganancias netas o utilidades en efectivo, sino de resultados de investigación y de docencia en el mediano y largo plazo.

Fuente: El País

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